SOR JUANA INES DE LA CRUZ

POEMAS


CONTINÚA EL MISMO ASUNTO, Y Y AUN LE EXPRESA CON MAS VIVA ELEGANCIA

Feliciano me adora y le aborrezco;Lisardo me aborrece y yo le adoro;por quien no me apetece ingrato, lloro,y al que me llora tierno, no apetezco:a quien más me desdora, el alma ofrezco;a quien me ofrece víctimas, desdoro;desprecio al que enriquece mi decoroy al que le hace desprecios enriquezco;si con mi ofensa al uno reconvengo,me reconviene el otro a mí ofendidoy al padecer de todos modos vengo;pues ambos atormentan mi sentido;aquéste con pedir lo que no tengoy aquél con no tener lo que le pido.

PROCURA DESMENTIR LOS ELOGIOS

Éste que ves, engaño colorido,que, del arte ostentando los primores,con falsos silogismos de coloreses cauteloso engaño del sentido;éste en quien la lisonja ha pretendidoexcusar de los años los horroresy venciendo del tiempo los rigorestriunfar de la vejez y del olvido:es un vano artificio del cuidado;es una flor al viento delicada;es un resguardo inútil para el hado;es una necia diligencia errada;es un afán caduco, y, bien mirado,es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.


QUE CONSUELA A UN CESOLO

Amor empieza por desasosiego,solicitud, ardores y desvelos;crece con riesgos, lances y recelos;susténtase de llantos y de ruego.Doctrínanle tibiezas y despego,conserva el ser entre engañosos velos,hasta que con agravios o con celosapaga con sus lágrimas su fuego.Su principio, su medio y fin es éste:¿pues por qué, Alcino, sientes el desvíode Celia, que otro tiempo bien te quiso?¿Qué razón hay de que dolor te cueste?Pues no te engañó amor, Alcino mío,sino que llegó el término preciso.